Los Archivos de Salem, de Robin Cook

SINOPSIS

Elizabeth Stewart es condenada a muerte a fines del siglo XVII, en Salem ( Nueva Inglaterra), acusada de brujerí­a. Trescientos años después , una bonita enfermera, Kim Stewart hereda la propiedad donde viviera
su antepasado y se traslada a vivir en el lugar junto a su pareja, Edward, un prominente investigador cientí­fico. El hallazgo de unos extraños hongos que parecen poseer cualidades terapéuticas, decide a Edward y un grupo de cientí­ficos a instalar en el lugar un laboratorio de investigación para poder sintetizar el hongo en un fármaco novedoso cuya comercialización puede hacerles millonarios. Sin embargo, no imaginan que esto será el principio de una terrible pesadilla oculta desde hace tres siglos.

OPINIÓN PERSONAL

Había oído hablar mucho de Robin Cook, y llevaba mucho tiempo esperando el momento perfecto para leerlo. Encontré este ejemplar en un mercadillo y no dudé en comprarlo. En parte, por la relación que tiene con Salem, tema que me atrae bastante. 

Cook nos ha dejado una larguísima lista de más de treinta libros. Estudio medicina, pero lleva años dedicándose a la escritura.

Vayamos al asunto. 

Como primer libro suyo que he leído, estoy bastante impresionada. La historia comienza con una descripción de Salem en 1692, justo antes de comenzar la famosa caza de brujas. Elizabeth Stewart, hija de campesinos y esposa de comerciante, es acusada de brujería y condenada a muerte. Sin embargo, en todo momento, rondan gran cantidad de dudas alrededor de su sospechosa condena.

Ya al llegar a esta parte, me había enganchado a la historia. Describe con exactitud y con pocas palabras la sociedad de la época, la mentalidad puritana, y el papel de la mujer.

Ante esto, tres capítulos después, aterrizamos en Julio de 1994. Kim Stewart, descendiente directa de Elizabeth y heredera de sus bienes, se convierte en la protagonista. A partir de este momento no hay más saltos directos a Salem. Kim es bastante tímida y de autoestima baja, y trabaja como enfermera en el hospital. Su primo, Staton, nombre que no sé como pronunciar sin que suene a spanglish, le presenta a Edward Armstrong. Su personalidad es bastante parecida a la de Kim, sólo que quizás un poco menos sociable y conectan muy rápido, se ve a la legua que el destino los unió para estar juntos. Y, atentos a esta parte, porque Edward está muy interesado en demostrar que el causante de los juicios de Salem fue un hongo que se encontraba en el pan de centeno. Imaginen la sorpresa al enterarse de que su nueva amiga es propietaria de la casa donde vivió una condenada de Salem. A partir de este momento, la acción se desarrolla al rededor de la casa de Elizabeth. Edward, en torno a descubrir la toxina, y Kim a contestar las preguntas que quedaron pendientes en el juicio de Elizabeth. 

Seguí con total interés la historia que poco a poco va averiguando Kim, juntando los trocitos del puzzle, pero aún más la de Edward. El autor usa toda esa palabrería médica y te describe todos esos procesos que lleva a cabo el prota para hallar la famosa toxina. Os chivaré un poco el final y os diré que esa famosa toxina pondrá punto y final al libro.

La relación entre Kim y Edward es extraña, y no me ha gustado mucho. Se van a vivir juntos al mes de estar saliendo, si se puede llamar salir, porque Edward pasa la mayor parte del tiempo viajando e investigando la toxina. 

Kim, con su personalidad sumisa, choca un poco con la de Edward, que tiene espontáneos ataques de enfado. No sé como Kim no le dio puerta ante el primer ataque. Al principio, él me encantó. Era muy tímido, y tierno a veces. Le enviaba grandes ramos de flores todos los días a Kim, la llamaba cada dos por tres... ¡encantador! Pero a medida que se desarrolla la historia, se obsesiona con su investigación, y se vuelve taciturno, solitario y colérico.

Kim evoluciona durante la historia. Mejora su autoestima, su manera de pensar. Contrasta mucho con Edward. Mientras él retrocede, ella avanza. 

¡Y adivinen! Hay un tercero. Kinnard (otro nombre impronunciable) estuvo saliendo con ella mucho tiempo, y es médico en el mismo hospital. Al principio de la historia se muestra celoso e inmaduro, pero me encariñé un poco a medida que pasaban las páginas. Se convierte en alguien más atento. 

Me ha gustado mucho la manera de escribir del autor. No soy muy susceptible a esos detalles, pero Robin Cook sabe escribir mezclando palabras complicadas y enrevesadas con un lenguaje más coloquial. Tan pronto te habla de quedar un domingo, como te describe la manera de hacer un análisis completo a una molécula. Es increíble. Va directo al grano. A penas se ha detenido en las descripciones, algo que considero importante a la hora de escribir. Yo lo leí bastante rápido, en pocos días en mis ratitos libres.

En definitiva, si tuviese que calificar el libro le pondría un siete, ocho sobre diez. Les animo a que lo lean si les gusta el género, y si nunca antes habían leído a Cook, más todavía.. 

Disfrútenlo :)