Bajo la misma estrella, John Green.

 

 

Bajo la misma estrella es el libro de John Green que ha causado sensación entre las masas adolescentes.

Los protagonistas, Augustus y Hazel, son dos jóvenes que se enamoran locamente.

Aunque normalmente, el problema está en el mismo romance, este libro nos transporta un poco más lejos y provoca que la trama se base en la supervivencia de los protagonistas, y es que los dos, tienen cáncer.

Quisieran tener una vida normal, sin revisiones continuas, sin ser experimentos con los que probar nuevas mezclas de medicinas. Quisieran poder enamorarse y que el problema se base en eso, no en el equilibrio que deben llevar para seguir vivos.

 

Se conocen en un grupo de apoyo para jóvenes con cáncer, y desde ahí Augustus llama la atención de Hazel.

Sus brazos y piernas musculadas, el rostro perfecto y sus medias sonrisas provocan en Hazel distintos sentimientos que desembocan en algo que jamás había sentido antes.

Amor de verdad.

 

Puede que lo más atractivo de Gus sean sus metáforas.

Mi parte favorita del libro se desarrolla a la salida del grupo de apoyo, cuando Hazel ve en los labios de Gus un cigarrillo.

Rápidamente ataca contra él. No se explica como una persona que ha superado un cáncer es capaz de poner su vida en peligro fumando.

Él ríe y le explica la metáfora.

Juegas con el arma que provoca la muerte, dándole el placer de tocar sus labios, pero nunca encendiéndola, sin darle la capacidad de matarte.

 

El libro alcanzó el número 1 en las listas de Amazon en junio de 2011 y debutó en las listas de Best-Seller de Nueva York poniéndose en los primeros puestos durante siete semana consecutivas.

 

Una edición en hebreo del libro fue publicado en Israel en agosto del 2012 y más ediciones de la novela se publicaron en holandés, alemán, español, francés, sueco, danés, islandés, chino y portugués

 

La adaptación al cine ya está siendo rodada. Comenzó a finales del verano de 2013, al mando de Josh Boone como director, y con Shailene Woodley como Hazel y Ansel Elgort como Augustus.

 

Es, en definitiva, uno de los mejores libros que he leído, superando todas mis expectativas y provocando en mí sensciones totalmente contradictorias.

El odio hacia Van Houten, la ternura hacia Gus, las sonrisas que esbocé con las reflexiones de Hazel y la impotencia de no poder seguir leyendo hicieron de la historia un conjunto de personajes y situaciones que ya no quedan estancadas en mi estantería, sino que me acompañan con cada paso que doy.