Con los ojos cerrados, Alfredo Gómez Cerdá.

 

Ana, una chica de 16 años, de repente, sin quererlo ni beberlo, se ve envuelta en un crimen, que mezcla un cuadro perdido, un cura muerto, una ermita de algún pueblo de Guadalajara, un amor imposible y un Madrid lluvioso y frío.

 

VALORACIÓN PERSONAL.

“Con los ojos cerrados” de alguna manera que aún desconozco, me ha cerrado los párpados, me ha alejado de la vida real y de los que me rodean, me ha tapado los oídos y ha desvanecido todo lo que había a mi alrededor.

Ana, una chica inocente y tímida ha conseguido meterse dentro de mí, llevándome a las calles de Madrid de la mano de Jose Luis (Paella para los amigos) y dejándome sentir y saber todo lo que por su corazón, su mente y su piel pasaba.

Enamorada de Javier, se ve envuelta en un crimen, un robo y un amor platónico e imposible, todo a la vez, mezclando sensaciones, corazonadas, sentimientos y miles de palabras, puede que ciertas, puede que falsas.

Mi personaje favorito, sin duda, es Ana, la protagonista.

Me encanta su carácter oculto bajo una capa de timidez, su ingenio, sus contestaciones y sus reacciones ante las situaciones en las que se siente presionada, son cosas que poco a poco, se acumulan como granitos de arena y te terminan provocado una ternura increíble hacia su personaje.

Esta novela me ha dejado un buen sabor de boca. La frescura de la forma de escribir de este autor me ha transportado literalmente, a las calles de Madrid, alejándome del sillón en el que leía.

Además, la edición que he conseguido nos acerca un poquito más al escritor, con un apartado dedicado exclusivamente a él, con una biografía algo más extensa escrita por el mismo y una entrevista del libro.

En ella nos cuenta como comenzó todo.

“(…) El caso es que escribí dos libros para niños (…) y no se me dio mal, pues gané el segundo premio de El barco de Vapor y sobre todo, me publicaron el libro (Pag 6 de las azules)”

Y cito, especialmente, unas palabras que me han conmovido y me han sacado una sonrisa desde lo más profundo.

Y así, poco a poco, la historia avanza, las hojas disminuyen y a última palabra se acerca, dando un final algo extraño e inesperado.